Ya sea por redes sociales o por recomendaciones puntuales que de pronto se popularizan, existen una serie de hábitos que de la noche a la mañana pasan a primera plana. Ese parece ser el caso de beber agua con limón, tibia y en ayunas, a primera hora de la mañana.

Y si bien es cierto que el agua con limón tiene algunas ventajas considerables, este nuevo hábito viral no está exento de contraindicaciones. Pero, mejor, vamos por partes.

¿Cuáles son los beneficios de este hábito? Bien, no son pocos. Lo primero es que un vaso de agua a primera hora de la mañana siempre ayudará a hidratar nuestro cuerpo —con limón o sin él—; lo segundo es que el limón sí es una fuente de nutrientes como vitamina C y D, potasio, magnesio, calcio y otros.

Además, contiene antioxidantes como los ácidos ferúlico y cafeico que neutralizan radicales libres y son muy benéficos para el organismo. La concentración de vitamina C ha demostrado ser suficiente para favorecer significativamente al sistema inmune.

Pero no debemos creer que este es un remedio milagroso. Beber a primera hora del día, en ayunas, un vaso de agua tibia con limón no ayuda a adelgazar, como se ha hecho creer —aunque sí que se asocia a la sensación de saciedad—, ni mejora la digestión.

También faltan pruebas científicas para la afirmación de que aporta energía para el día.

Más allá de las mentiras que circulan a este “mágico remedio” es importante entender que existen contraindicaciones claras y riesgos para la salud. Por ejemplo, a nivel digestivo el limón estimula la pepsina: enzima estomacal asociada al reflujo, acidez y formación de úlceras. Es un alimento demasiado ácido para consumirlo en ayunas; la recomendación es ingerir esta bebida acompañada de una comida a cualquier hora del día. Es importante saber que puede interferir con la flora digestiva.

El esmalte de los dientes también corre riesgos: la misma acidez puede ser responsable de dañarlo. Incluso, el exceso de vitamina C puede generar náuseas y vómitos.

Con esta información confirmamos una vez más que debemos ser cautos con las recetas milagrosas que encontramos en redes sociales o volando de voz en voz. Por lo que refiere al agua con limón en ayunas, lo más posible es que experimentemos problemas si abusamos de ella o si existen condiciones gástricas previas que predisponen al malestar. La idea es que sea un hábito mesurado, algunos días a la semana, y acompañado de alimentos.