Argentina ganaba la Copa del Mundo Qatar 2022 y el mundo se rendía al talento del 10, que dio un golpe sobre la mesa en lo que respecta al debate del “mejor de la historia”. Las fotografías no faltaron y circularon por todos los medios y redes sociales.

La icónica fotografía de Lionel Messi levantando el trofeo sobre los hombros de un compañero se convirtió en la publicación más seguida en Instagram: 75 millones de me gusta. ¿El problema? La copa era falsa; una réplica que había bajado desde la tribuna hasta el campo y que los jugadores confundieron por el trofeo oficial.

El País recupera que la réplica pertenecía a dos aficionados argentinos que mandaron hacer su Copa del Mundo con el fin de que los jugadores pudieran firmarla. No previeron que el trabajo era tan bueno que los jugadores no darían cuenta de su naturaleza.

 

 

 

 

 

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El trofeo original se mantuvo en el campo por poco tiempo; después de las fotos oficiales de la celebración fue retirado por miembros de la FIFA del terreno de juego. El procedimiento habitual en todos los Mundiales; es entonces que se suma una imitación oficial —también de la FIFA— para el resto de los festejos, sin arriesgar el original.

A esta imitación oficial se agregó el trofeo réplica de los aficionados. Éste último pasó de mano en mano, de familia en familia, aparentando ser el bueno. Los dueños, Paula Zuzulich y Manuel Zaro, hablaron sobre el tema: “Antes del Mundial contactamos a gente que se dedica a hacer copas y tardó seis meses en fabricarla. Tiene el peso de la original, está hecha con resina y cuarzo en el interior y bañada con una pintura símil oro. […] la diferencia es mínima”.

Fue Ángel Di María el responsable de avisar a Messi sobre el malentendido —todavía festejando en el campo de juego—. El astro, lejos de mostrar enfado, pareció tomárselo a broma. Las grandes anécdotas que dejó Qatar 2022.